1 nov 2010

De Plenas a la Sierra. 03 Remedios religiosos y paganos

Como hemos podido ver en capítulos anteriores, en ocasiones, se acude para asegurar la curación a métodos religiosos. Muchas personas son atraídas por la fe religiosa y otras, aunque no sean practicantes ni creyentes, también se dirigen a lo más alto. En el caso de la salud, cualquier sistema o remedio puede ser válido y no se suelen hacer distinciones entre lo religioso y lo pagano. A los santos se pide para que garanticen la recolección de la cosecha, para que llueve y un sinfín de ruegos más. Por ello citaremos algunos santos, vírgenes o cristos, que tienen relación con los ruegos y que están arraigados en las gentes de estas tierras.


Comenzaremos citando a Santa Bárbara a la que las gentes se dirigen para solicitarle que cuide de las cosechas, sobre todo cuando avecina tronada (tormenta). Algunos dichos o refranes dicen, en otros: “No te acuerdas de Santa Bárbara cuando truena”, “De Santa Bárbara nos acordamos cuando truena”…
Como para el Corpus suele haber tormentas que llevan granizo en sus nubes, cuando comienza a granizar se reza insistentemente a Santa Bárbara para que pare pronto. Podemos citar algunos pasajes del libro El Alto Aragón Paraíso Natural, que hacen referencia a las costumbres relacionadas con las tormentas en la zona de Huesca:
Letanía a Santa Bárbara
Santa Bárbara bendita
que en el cielo estás escrita
con papel y agua bendita
Jesucristo está enclavado
en el árbol de la Cruz.
Pater Noster Amén Jesús.
“Las tormentas de verano son las más peligrosas…, cuando la tormenta se acercaba..., las campanas se ponían a tañer en las aldeas para enfrentarse al ruido de los truenos; no todas las campanas eran válidas y las que más contrarrestaban la fuerza de los elementos eran las llamadas campanas de Santa Bárbara. También se acostumbraba a dar vuelta a las campanas dejándolas boca arriba mirando al cielo para alejar las tormentas”.
“En algunos pueblos se llevaba sal y se echaba en el hogar para alejar las tormentas, sal para las tormentas y azufre para las centellas”.
“Para proteger las cosechas del pedrisco se ponían ramos bendecidos en el día de Ramos por los campos. Los conjuros se recitaban mientras doblaban las campanas, en las casas encendían las velas para estas ocasiones y los cuchillos se ponían de punta”:
Aléjate Satanás
que conmigo no vendrás
que en el día de la Cruz
Dije mil veces Jesús
mil veces me santigüé
mil padrenuestros recé
y por ello me salvaré
en nombre de Dios amén.
De esta letanía de Santa Bárbara recogimos una variante en Fonfría:
Santa Bárbara bendita
en el cielo está escrita
con papel y agua bendita
en el árbol de la Cruz
por tu nombre Amén Jesús.
Los habitantes de Allueva se encomiendan a la Virgen Pelarda de Olalla o a la Virgen de la Silla de Fonfría.
En Plenas, otro remedio que se utiliza con la misma finalidad, consiste en colocar un trozo de pan en las ventanas o en la puerta de casa. También se coloca en medio de la calle un pan boca abajo traspasado con un cuchillo.
Cuando amenaza tormenta y se barrunta que transporta granizo, se coge el ramo de olivo que guardan colgado en las ventanas desde el Domingo de Ramos, se saca en medio de la calle y le prenden fuego.
En Plenas, hace años, cuando amenazaba tormenta las abuelas echaban mano a sus antiguos ritos preventivos. Las tormentas de verano eran temidas por diferentes motivos, pero quizás el más importante era la deseada recolección de la cosecha. Desde que amanecía hasta que oscurecía, estaban dedicados en cuerpo y alma a las duras faenas del campo. Durante el mes de julio y agosto, la meteorología debería de permitir la siega, el acarreo de la mies, la trilla y el aventado de la mies, de ello dependía buena parte de la supervivencia de la familia hasta el próximo año.
Cuando el cielo oscurecía debido a alguna tormenta, las mujeres se encerraban en sus casas y golvían (volvían) las puertas de dos hojas. Decían que el aire de las tormentas era malo, por ello, se tenían que guarecer de cualquier corriente. En muchas ocasiones y debido a la tormenta, se solía ir la luz, dejando el pueblo y las casas completamente a oscuras, por lo que tenían que echar mano a los candiles de aceite que tenían guardados para este fin, también a velas de cera. Tampoco faltaban las lamparillas que flotaban encendidas en vasos y tazones llenos de aceite y agua, a los pies de alguna imagen o estampa religiosa. Por angostos ventanos situados en los graneros o falsas, observaban con temor el desarrollo de la tormenta que debería de acabar lo antes posible.
Cada vez que se avistaba el resplandor de alguna centella o rao (rayo) o se oía el estruendo de los truenos, las abuelas se santiguaban y se encomendaban a Santa Bárbara o a otra divinidad. Tampoco solían faltar las medallas religiosas, que se cogían entre las manos y rezando al mismo tiempo.
En el momento que se oía el ruedo del granizo cuando se estampaba en las calles, sacaban el caballete o estrudes de la cocina a la puerta de la casa, pero colocado al revés (bocabajo) para que dejase de pedriar (pedrear).

Estrudes


Daba la sensación que las tormentas veraniegas estaban ligadas a maléficos conjuros del más allá. A los chicos se les mandaba recogerse en casa mientras durase la tormenta, en prevención de una terrible enfermedad. Todo era esperar a que la tormenta acabase lo más rápido posible y sin hacer daño alguno. A veces, se solían recordar historias de muertes producidas por los rayos en el mismo u otro lugar.
Finalizada la tormenta se abrían las puertas y los críos provistos de albarcas o botas de goma, salían a la calle a “pescar”, que no era otra cosa que un juego que consistía en meterse en charcos o cuvadas (escorrentías) que había creado el agua a su paso por las calles del pueblo. Casi de común acuerdo, todo el mundo iba cargado con su pozal a “coger caracoles”, como si de un tributo de la tormenta se tratara (no hay mal, que por bien no venga). No se podía desaprovechar ni desestimar los recursos que la naturaleza ofrecía para sobrevivir, incluso el agua procedente de la tormenta que del tejado se vertía a la calle por las “canaleras”. El agua de las canaleras, procedente de la lluvia se recogía en pozales  y era buena para cocer garbanzos. Cuentan que: “A lo mejor, no comías garbanzos hasta el día que llovía”. El agua sobrante era almacenada en cántaros para posteriores cocciones.
Cuando el “progreso” comenzó su aparición por la vida rural y para deshacer las nubes que amenazaban granizo, lanzaban a las mismas ruidosos cohetes que disponía el Ayuntamiento para este fin.

Si de Santa Bárbara se acuerdan cuando truena, al Cristo de las Misericordias ruegan para solucionar el problema de la escasez de agua. Cuando la insuficiente lluvia hace peligrar los resultados de la cosecha se dirigen al altísimo sirviéndose de cánticos, llamados rogativas. Estos cantos religiosos se suelen interpretar en los meses de abril y mayo, para solicitar el preciado líquido que asegure las cosecha.
De ser necesarias las rogativas, el mayo o mao, es el último mes en el cual se realizan, resumiendo, si no llueve hasta mayo, la cosecha estará prácticamente perdida. En estos meses la gente está pendiente de la meteorología y por las calles o en el lavadero organizan los rezos –comentan– “habrá que hacer rogativas si no llueve pronto”.
Si la sequía es extrema se organizan para realizar los cantos lo antes posible. Durante nueve días seguidos, se encomiendan al Cristo de las Misericordias y le cantan sus gozos. Siempre se reúnen en la iglesia parroquial y lo hacen al oscurecer, sobre las ocho de la tarde. Antiguamente las rogativas también se hacían por las calles y se dirigían a otros santos acompañados por el sonido de una campanilla:
San Juan, orate pronobis.
San Pedro, orate pronobis.
San…, orate pronobis.
El crucifijo lo sacan a la calle el primer y último día. Otras veces, se trasladan en procesión a la ermita del Carrascal y realizan los mismos cantos que en la iglesia. Los gozos tienen una hora de duración diaria. Algunos, antes de comenzar a cantarlos suelen rezar otro tipo de oraciones.
—“Raro es el año que no ha llovido”. “Siempre ha llovido”. “O poco o mucho, siempre ha llovido” —comentan—.
De todos los cánticos que componen los gozos, el último, alusivo a las gracias, no se canta hasta conseguir el ruego de la lluvia. Si llueve se canta, si no llueve no se canta.
Pues de Plenas ¡oh! Señor
sois el consuelo y las glorias

CRISTO DE MISERICORDIAS
MISERICORDIA Y FAVOR

Por vuestros clavos
por vuestra cruz
concédenos el agua
divino Jesús.

Desde la corte viniste
a honrar este nuestro suelo
y para ser el consuelo
de este pueblo que elegiste.
Con vuestra imagen nos diste
una gran prenda de amor

CRISTO DE MISERICORDIAS, etc.
POR VUESTROS CLAVOS, etc.

El mismo día se vio
de vuestra entrada dichosa
una lluvia muy copiosa
una lluvia muy copiosa
en nuestros campos cayó.
Lluvia que nos consoló
y provó ya nuestro amor.

CRISTO DE MISERICORDIAS, etc.
POR VUESTROS CLAVOS, etc.
En la Iglesia parroquial
con pompa sois colocado
y de todos venerado
como Padre Celestial.
Allí se va en todo mal
a suplicaros Señor.

CRISTO DE MISERICORDIAS, etc.
POR VUESTROS CLAVOS, etc.

Vuestra Imagen tan preciosa
fue recibida Señor
con alegría y amor
en esta Villa fervorosa.
Desde entonces por dichosa
se tiene con tanto honor.

CRISTO DE MISERICORDIAS, etc.
POR VUESTROS CLAVOS, etc.

Las divinas escrituras
nos hablan de tu bondad
de tu gran benignidad
misericordias y ternuras.
Nos dicen que de dulzuras
usáis mas que de rigor.

CRISTO DE MISERICORDIAS, etc.
POR VUESTROS CLAVOS, etc.

Sois del triste la alegría
del pecador el consuelo
y de este dichoso pueblo
la prenda en que más confía.
Que dichoso fue aquel día
en que viniste Señor.

CRISTO DE MISERICORDIAS, etc.
POR VUESTROS CLAVOS, etc.

Vos elegiste a Mateo
recibiste al buen ladrón
y concediste perdón
a Magdalena y Zaqueo.
Pues Señor según yo veo
amáis mucho al pecador.

CRISTO DE MISERICORDIAS, etc.
POR VUESTROS CLAVOS, etc.

Gracias os damos Señor
por habernos socorrido
y siempre lo harás así
porque eres muy compasivo
y mantendremos la fe
que siempre hemos tenido.

CRISTO DE MISERICORDIAS, etc.
POR VUESTROS CLAVOS, etc.
Independientemente de las rogativas, también se aprovecha alguna que otra festividad para bendecir los campos y tener asegurada la cosecha. Antiguamente, para la Santa Cruz de Mayo, cuando finalizada la misa que se hacía en la ermita de Santa Bárbara (hoy corral o paridera), salían en comitiva a las eras y el cura bendecía los campos.
Años después, cuando esta ermita fue vendida por la iglesia a un vecino de Plenas, la bendición de los campos se hacía en el patio de la ermita del Carrascal, el día 1 de mayo, festividad de la Virgen del Carrascal.

Para las enfermedades relacionadas con la vista se dirigen a Santa Lucía, abogada de la vista. Suelen tener una estampilla religiosa en la que aparece la santa con los ojos sobre una bandeja que sujeta con sus manos.

Santa Polonia (Apolonia), dicen que es la “abogada de las muelas”.

Para los dolores de tripas o enfermedades intestinales ruegan a San Mamés.

Para dirigirse a los santos protectores en la Iglesia, lo hacen de la siguiente manera:
San Blas glorioso,
cuídanos la garganta.
Santa Lucía Gloriosa,
cuídanos la vista.
etcétera.


Para las enfermedades de la garganta acuden a San Blas, dicen de este santo que murió degollado. Cuando se atragantan al beber o comer, algunos que se encuentran junto al infortunado recitan:
San Blas, ahoga este chico
y vuelve a por más.
Y así se les pasa.

Santa Agueda (Águeda) es la “abogada de las mujeres”. Hay que dirigirse a esta santa para que preserve de las enfermedades de las tetas. Dicen que fue martirizada y le cortaron los pechos. También se celebra el “Día de la mujer” versión religiosa, el día 5 de febrero, fecha que “mandan las mujeres y te sacan a bailar”.

De San Agustín, patrono de Plenas, dicen los viejos, que era asaltador de caminos y luego se hizo santo.
Imagen de San Agustín en la iglesia de Plenas


De San Roque, el “abogado de los tocinos y tocinas”.

Imagen de San Roque en la iglesia de Plenas


Dicen de Santa Ana, que concede no tener sufrimientos y una breve enfermedad a la hora de la muerte. Los viejos se encomiendan y dicen:
Santa Ana
dame buena muerte
y poca cama.
Las medallas con la imagen de la Virgen Milagrosa, preservan de males y desgracias. Los llamados “santos” (estampas de santos y vírgenes) es frecuente y habitual llevarlos en las carteras o monederos. Cuando se refieren a los “santos” no hacen distinción entre imágenes religiosas o cromos de cualquier tipo de juegos.
En los dormitorios de muchas casas era habitual colgar de las paredes grandes cuadros con imágenes del Ángel de la Guarda, la Virgen del Pilar, San Antonio, San José, Virgen del Carmen…, para que preservase a los habitantes de la casa de cualquier tipo de mal o desgracia.
Cuentan, que en la puerta de la iglesia había una figura de granito de San Roque y su perro. Cuando se celebraba algún casamiento  y la novia llevaba fama de ser “ligera de cascos”, los más chismosos murmuraban con cierta socarronería: “A ésa, no le ha mordido el perro de San Roque”.

El 16 de abril es el día de Santa Engracia y por estas fechas los árboles suelen estar en flor. Si se producen heladas el fruto no va adelante, por eso dicen:
De Santa Engracia
la laminera
que se come la fruta
de la ribera.
“San Bartolomé, el de las bragas”. Aunque es una frase bastante habitual, no se sabe el significado de la misma.
De las fiestas de enero
San Valero el más zaguero.
El día 13 de junio se celebra San Antonio de Padua y es el “conseguidor de novios”. En la ermita del Carrascal había una imagen de este santo a la cual acudían las mozas para rogarle que les buscase novio, pero también soluciona los extravíos. En algunas familias existe la creencia que si pierdes algún animal o cosa, lo encuentras si recitas el siguiente responso, dirigido al santo:
Si buscas milagros, mira
muerte y error desterrados,
miseria y demonio huidos,
leprosos y enfermos sanos.

El mar sosiega su ira,
redímense encarcelados,
miembros y bienes perdidos
recobran mozos y ancianos.

El peligro se retira,
los pobres van remediados;
cuéntenlo los socorridos,
díganlo los Paduanos.
El mar sosiega su ira, etc.

Gloria al Padre, gloria al Hijo,
ahora al Espíritu Santo.

El mar sosiega su ira, etc.

Ruega a Cristo por nosotros,
Antonio Bendito y Santo,
para que dignos así,
de sus problemas seamos.
Amén.
Esta oración o responso está copiada textualmente de una estampilla de los PP Capuchinos de Torrero (Zaragoza), que hallamos en un domicilio y que tenían guardada como oro en paño para estos menesteres.

San Antón (San Antonio Abad), 17 de enero, patrono de los animales, también les preserva de enfermedades. Es uno de los santos que veneran con mucha devoción. Los animales, sobre todo las caballerías y antiguamente los bueyes, eran “sagrados” y de ellos dependía buena parte de la supervivencia. Eran las “herramientas” más valiosas e indispensables de la casa y servían para realizar infinidad de labores agrícolas: labrar, sembrar, carrear, trillar… También ayudaban para calentar algunos habitáculos de las casas. En muchas casas solía estar ubicado el dormitorio encima de las cuadras de las caballerías y el calor que desprendían sus cuerpos, aliviaba los cuerpos de las gélidas temperaturas invernales, por medio de agujeros o rejillas que comunicaban las dos estancias. Muchos dicen: “Se tenía más duelo si se moría alguna caballería que un hijo”.
El día de San Antón se “daba fiesta” en el trabajo a todos los animales y se llevaban al pairón (peirón) donde se daban a  su alrededor tres vueltas, a la vez que se rezaba un padrenuestro.
Es especialista en solucionar los extravíos de los animales. Los pastores solían utilizar una oración o responso, cuando percibían que habían extraviado alguna res en el monte. Si había pastores que no se la sabían, acudían al tío Pedro Gabino para que la “echase” (recitase). Esta oración se recitaba para encontrar al animal perdido con vida o como dicen por aquí “que no lo hubiera matao la zorra”. En Fonfría aseguraban que después de recitarla, al día siguiente, se hallaba al animal sano y salvo, y lo que es más, alrededor del mismo aparece un cerco de huellas o pisadas, como si alguien hubiese estado toda la noche cuidando al extraviado. Es creencia religioso-popular, que si no se echa el responso desaparece para siempre el animal o aparece sin vida:
San Antón va por los montes
atando de pies y manos
a lobos, lobas, zorras
y a todos los animalitos malos.
Si va por los campos
que lo guarden los Santos
y si va por la vía
que lo guarde Santa María
rezándole un padrenuestro
y un avemaría.
Infinidad de dichos y refranes hacen honor a este santo y entre ellos, podemos citar:
San Antón como era viejo
dijo una buena razón,
el que no mate tocino
no comerá morcillón.

Para San Antón
ya está fuera el borregón.
Hay otro dicho o canción pero de distinto talante que dice:
San Antón es un francés
que de Francia a España vino
y lo que lleva en los pies
San Antón es un… tocino.
Otros, cuando extravían algún animal, se dirigen a San Francisco de Asís, amigo de los animales.

Las mujeres parturientas también se encomiendan a San Ramón Nonato. Dicen que este santo nació después de morir su madre.

Abogados de los imposibles son San Lucas Tadeo y Santa Rita.

San Nicolás de Bari cura todo tipo de enfermedades. Hace algunos años existía una estampa o librillo que decía:
“Novena y caminata de tres lunes al glorioso San Nicolás de Bari, Arzobispo de Mira, abogado de la pobreza y de los negocios difíciles”.
Esta publicación estaba censurada eclesiásticamente y se editó en Madrid, en el año 1936, por Librería Religiosa Hernández. Librería Pontificia, Hija de E. Hernández, Sucesora, Calle de la Paz, 4 Madrid.

Pero sin lugar a dudas, las gentes creyentes de Plenas tienen una benefactora particular que es la Virgen del Carrascal.
A esta Virgen se le atribuyen numerosos milagros, algunos de ellos, rozando lo increíble y lo fantástico.
En el interior de la ermita del Carrascal hay buena cantidad de extremidades, brazos, manos, pies, rodillas fabricados con cera llamados exvotos y se encuentran colgados en las paredes laterales del altar mayor. Estas ofrendas las donan  a modo de promesa o agradecimiento creyentes que han sufrido algún tipo de luxación o rotura y han sanado.
En el mismo lugar hay colgados enormes cirios labrados y adornados con cintas de colores, que eran ofrecidos por los quintos a la Virgen, como acción de gracias al regresar sanos del servicio militar, y sobre todo si la mili la habían cumplido en territorios españoles de África. En las cintas se inscriben frases alusivas a la Virgen con el nombre del donante y le dan las más expresivas gracias.
También de las paredes cuelgan cuadros con poesías de gentes que lo han prometido por algún motivo.
Citaremos algunos milagros y que muchas habitantes de Plenas atribuyen a la Virgen del Carrascal. Aclararemos, que existen varias versiones de estos relatos y que probablemente, algunas personas no estarán de acuerdo con estas versiones, pero lo cierto es, que están recopilados en Plenas.

La primera versión de uno de los llamados “milagros” se refiere a una pareja de novios de Plenas que iban paseando por las proximidades de la ermita. Cuando llegaron a una barranquera el novio quiso aprovechar la jornada, intentando “abusar” del cándido cuerpo de la moza. La joven impidió como pudo la violenta acción de su acompañante. Entonces el mozo se sintió ofendido y no lo pensó más, echó mano a su fusil que llevaba colgado al hombro y le pegó un tiró. Lo insólito fue que se le reventó el caño del arma, dejando sana y salva a la joven, y lo que es más, él perdió la vida.
Desde entonces al lugar donde se desarrollaron los hechos se le denominó “el barranco de la moza”, y dicen,  que debido el carácter milagroso que se le atribuyó, el caño reventado de la escopeta, se exhibió junto con los exvotos en el interior de la ermita. Posteriormente, cuando pasaron los años, al mismo barranco se le llamó “de la azadera”, debido a la enorme cantidad de plantas de esta especie, que hay en este lugar.



Otro milagro que se le atribuye a la Virgen y quizás el más sonado de todos, es el que protagonizó un carretero de Lécera:
Por el camino de la ermita se dirigía con su carro tirado por mulas para vender alimentos en Monforte de Moyuela. Abatido por el cansancio el carretero quedó dormido encima del carro en movimiento. Como a los animales no los guiaba nadie, antes de llegar a la ermita y en vez de seguir el camino que les llevaría a Monforte, se salieron del mismo y pasaron entre la pared del edificio y el precipicio de la umbría (angosto estrecho, en el que apenas caben dos personas caminando).
Pasada la ermita despertó del profundo sueño y se percibió que no se hallaba en el camino. Paró, se bajó del carro, y siguiendo el rodil (huella de las ruedas) se dirigió al lugar por donde habían pasado las mulas con el carro. Atónito se quedó cuando comprobó que había pasado el carro con una de las dos ruedas por el aire y no se había despeñado por el precipicio.
Entonces, entró a la ermita para agradecerle a la Virgen el milagro que había realizado.

Lugar donde cuentan que pasó el carro

Otra historia que cuentan es la relacionada con “milagros” y la ermita del Carrascal es la acaecida en la guerra civil:
A comenzar la contienda, varios “soldaos rojos” se introdujeron en la ermita. Allí descargaron la munición de sus fusiles y mosquetones sobre los santos y otros motivos religiosos. Dicen que profanaron la tumbas en las que se encontraban los restos de algún que otro sacerdote de alto rango. Cuando abrieron la última un gran resplandor acompañado con humo salió de su interior, dejando boquiabiertos a los “rojos” que huyeron despavoridos.

Se transcribe un documento que guardan algunas personas del pueblo en el cual a modo de verso, se relata todas las apariciones y milagros que se le atribuyen. Este escrito titulado “Nueva oración de Ntra. Sra. del Carrascal”, cantando su aparición y milagros en oración, lo firma Carlos López, de oficio sastre. Y fue impreso en Tipografía de Tomás Blasco, plaza de San Felipe, número 4 de Zaragoza. No indica el año que se escribió.


La Virgen del Carrascal
es guía de salvación,
por eso le cantaremos
el papel en oración.

Esta gran Señora
bajada del Cielo
es esta carrasca
puso su aposento.

La Virgen se apareció
a un pastor que allí guardaba,
y al ver las ovejas esto
todas quedan admiradas.

Este pastorcillo
llamado Francisco,
al ver a la Virgen
reverencia le hizo.

Bajose el pastor a Plenas
de la aparición da cuenta,
todos quedan admirados
al ver aquella sorpresa.

Plenas la venera
y también Moyuela,
Loscos y Monforte,
también los de Blesa.

Eres Virgen milagrosa
y consuelo de afligidos,
te tenemos que adorar
porque nos has socorrido.

¡Oh!, Virgen Santísima
quita el peligro,
a todos cristianos
y danos alivio.

Una señora se hallaba
avecindada en Madrid.
enferma de paralís
y agonía de morir.

Tanto le rezaba,
tanto le invocó,
que la Virgen Santa
le favoreció.

La señora formó un cuadro
que explica su enfermedad,
para que puedan decir
fué milagro de verdad.

Le apartó la muerte.
le llevó la vida,
por eso cristianos
no hay que hacer la burla.

Dos amantes que ya estaban
en punto para casarse
por negarle la palabra,
quiso éste darle la muerte.

Y ya le dispara
con su escopeta,
al hacer disparo
el cañón revienta.

Esta cristiana se invoca
a la Virgen con fervor,
y al disparar aquella arma
se mató aquel malhechor.

Y si alguno quiere
ver aquel cañón,
aun existe abierto
causa admiración.

La Virgen del Carrascal
es una gran protectora,
donde vamos los cristianos
a verla y que nos socorra.

Sed vos bella aurora
tenednos piedad,
y que nos asistas
si hay necesidad.

Eres misericordiosa
y madre muy compasiva,
por eso te adoraremos
hasta el fin de nuestra vida.

Sednos compasiva
y que no nos dejes,
de darnos refugio
ya que tú lo puedes.

Que debemos a la Virgen
son muchas las atenciones,
la tendremos muy presente
en todas las oraciones.

Y vos Virgen Santa
dadnos abundancia
y te cantaremos
con mucha alabanza.

Si queremos a la Virgen
Señora del Carrascal
de entre todos los peligros
ella nos podrá apartar.

Es muy milagrosa
de todos cristianos,
que en todo peligro
nos pondrá la mano.

Un carretero de Lécera
al pasar por esta ermita,
se metió en su hermoso templo
para hacerle una visita.

Dejó el carro quieto
se metió en el templo,
pasó el carro solo
por aquel estrecho.

Es la orilla de la ermita
alda de gran extensión,
por allí se pasó el carro
y nada le sucedió.

El carro se puso
en mucho peligro,
a caer tanta altura
rodando hasta el río.

El carro pasó el estrecho
y las ruedas no cabían,
la una rueda pisó tierra
y la otra en el aire iría.

El carretero sale
de aquel lindo templo,
y ve aquel milagro
que la Virgen ha hecho.

Al ver éste que la Virgen
había hecho este milagro,
vuelve otra vez a la ermita
para hacerle un gran regalo.

A la espalda del santuario
es un sitio muy estrecho,
para pasar por allí
puede haber peligro es cierto.

Ya ha pasado el carro
nada ha sucedido,
es porque la Virgen
hace este prodigio.

Siendo un punto tan estrecho
¿cómo sería, Dios mío,
que no fueron a rodar
mulas y carro hasta el río?

Se metió en el templo
y sin precaver
de que algún percance
puede suceder.

El carretero que vio
el carro ya al otro lado,
se volvió confuso al templo
a relatar el milagro.

Puesto de rodillas
a la Virgen reza,
le ofrece de cierto
hacerle una fiesta.

El carretero le dijo
una misa con sermón,
llevando allí su familia
con fervor y devoción.

Y para que conste
de que esto es verdad,
el regalo que hizo
en el templo está.

La Virgen todos los días
milagros los puede hacer
por más que algunos impíos
nunca lo quieren creer.

Milagro tan grande
dijo el carretero,
por mucho que le haga
no le pago yo esto.

Todos que guiáis carruajes,
y os veáis en peligro,
invocaros a la Virgen
y pronto os dará el alivio.

Oh, Madre querida
de poder divino,
sednos compasiva
en todo peligro.

Todos que llevéis carruajes
que lleváis la muerte en él,
invocaros a la Virgen
y llevar este papel.

Llevad esta estampa
con gran devoción,
que podrá asistiros
en alguna acción.

Toda autoridad de Plenas
y también los habitantes,
pueden llamarse dichosos
con el templo de esta imagen.

Tiene allá el afecto
del pueblo de Plenas,
les pone remedio
en las grandes penas.

También podemos decir
que en el tiempo de sequía,
que en llevando el Ecce-Homo,
suele llover aquel día.

Esto solamente
pasa en el Villar
por eso cristianos
la hemos de adorar.

Esta Virgen nuestra madre
nos hace muchos prodigios,
porque nos suele mandar
con la lluvia el beneficio.

Y para que crean
de que esto es así,
todos los cristianos
lo pueden decir.

Labradores que podéis
teniendo buenas haciendas,
socorred pues a la Virgen
y cantarle una novena.

Nos hace la Virgen
muchas simpatías,
por eso debemos
rezar todos días.

En tiempos antepasados
la Virgen milagros hizo,
si alguien los quiere escuchar
en su ermita están escritos.

En Plenas se puso
en su Carrascal
como es su patrona
no la olvidarán.

Se apareció en este sitio
para bien de esta comarca
y todos vamos a verla
como madre que nos llama.

Pura y bella virgen
dadnos vuestro amparo
dadnos vuestro alivio
cuando estemos malos.

Ya se despide el que inventa
la oración del Carrascal
si alguno le saca faltas
también podrá dispensar.

Este gran papel
el que lo ha inventado,
no ha usado leyenda
con ningún muestrario.

Y vos, Virgen Santa
Madre del consuelo,
a todos cristianos
dadnos gloria y cielo. Amén
En el Villar de los Navarros cuando tenían problemas de extrema sequía se desplazaban en procesión para hacer rogativas a la ermita del Carrascal. Cuando la comitiva llegaba a Plenas eran obsequiados con jarras de agua con anís y la tía Teodora les echaba un reponso con un crucifijo. Se dice que eran muy creyentes de la Virgen del Carrascal y recurrían a ella para que cuidase de las cosechas.


Pero probablemente, la festividad o santo más popular sea la de San Juan. Como en otros muchos lugares hablar de la noche de San Juan requiere utilizar un lenguaje poco habitual y que en algunos casos resulte extraño. De todas las tradiciones de Plenas quizá sea la más popular y la que mejor se conserva. El día de San Juan, ofrece bendiciones y buenos augurios, cumpliendo los ritos predestinados para esta jornada. La noche de San Juan es la noche “mágica” del año y todo lo que sucede esta noche está ligado a ritos antiquísimos en los que juegan un papel fundamental el agua y las plantas.

Lo cierto es que la fiesta de San Juan no se puede considerar como una fecha propiamente religiosa a pesar de que la iglesia adaptó estas festividades paganas a su calendario santoral. Hay costumbres populares que no se pueden o no interesa erradicar y siempre que no le perjudicase demasiado, se podrían conservar y difundir hasta que con el paso del tiempo fuesen paulatinamente desapareciendo.

Es una fiesta pagana que anuncia el inicio del verano y por lo tanto, es conveniente pedir a la Naturaleza que preserve de enfermedades a personas y animales y que dé buenas cosechas. El día 24 de junio, San Juan, se encuentra aproximadamente a seis meses del comienzo del invierno, en lo que se denomina solsticio de verano.
Algunos dicen que es la noche reina del año. Para saber algo más de esta mágica fecha, transcribimos textualmente algunos párrafos de otras publicaciones:

“Habría que buscar las raíces de tan singular noche en las fiestas griegas dedicadas al Dios Apolo, que también se celebraban en el solsticio de verano y encendían grandes hogueras de carácter purificador. Los romanos dedicaron a la Diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos, y la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas. Ya entonces atribuían una propiedad medicinal a las hierbas recogidas aquéllos días”.

Algunos párrafos del libro Historia de la medicina aragonesa, del afamado escritor y médico aragonés don Santiago Lorén, hacen mención a lo descrito anteriormente:

“Mucho se ha alabado el papel de defensora de la ‘cultura antigua’ que la Iglesia desempeñó en la Alta Edad Media, de no haber sido por los monjes hubiera desaparecido el patriotismo del ‘clasicismo grecorromano’, etcétera; hay bastante ingenuidad o algo menos limpio en estas peroratas, la Iglesia fue el copo de todo y se preocupó de ocultar todo saber ‘pagano’ para que el pueblo y los nobles, en una palabra ‘el mundo’, bailara a su son”.

Muy parecido son los carnavales que en muchas localidades fueron tajantemente prohibidos. Es el caso de Plenas y el carnaval que se celebraban para San Antón, el 17 de enero, otra festividad pagana coincidente con otra religiosa. Si aducimos que los carnavales de esta localidad, fueron las fiestas más populares del año que estuvieron prohibidas en infinidad de ocasiones, debido el carácter burlón de la representación que se hacia para criticar a los poderes establecidos de la época.

Muchos remedios medicinales comentados en los anteriores capítulos tienen relación con esta fantástica noche, pero relatamos algunos más recogidas también en Plenas.
El día de San Juan antes de salir el sol se cogen nueces verdes y se echan en un cantaro de vino con una botella de ron y se obtiene una exquisita bebida.
Si truena el día de San Juan, se gusanan las nueces.
Para proteger las caballerías de cualquier mal, la noche de San Juan, antes de salir el sol, se recolectan azotacristos (planta punzante) y se cuelgan en los techos o paredes de las cuadras. Este remedio, lo utilizan también con otro tipo de planta punzante muy común llamada abriojo. Para que tenga virtud, hay que renovar la planta anualmente en esta fecha.
El cardo y la malva recolectados el día de San Juan, antes de salir el sol, los atan formando ramilletes y se cuelgan en las cuadras para preservar de enfermedades a las caballerías.
Antaño, se recolectaban los llamados “ramicos de San Juan”, que son florecillas amarillas que nacen en los ribazos. Estas hierbas se dejan en maceración con agua 15 ó 20 días y se obtiene colonia.
El día de San Juan, por la mañana, “se le daba la vuelta a la cebolla del azafrán” (se gira) que se plantaba en los campos, para que no se “tiña “ (que no se ponga negra) y flure (florezca) mejor.
Los chicos hacen el “barco de San Juan”. A las doce en punto de la noche de San Juan, echan en un vaso lleno de agua una clara de huevo y la mañana siguiente, se puede observar un barco con su vela.
Antiguamente, en la tarde del día de San Juan, los zagales acostumbraban a merendar en la arboleda o en las “excuevas”. Cada uno llevaba un pequeño pan en forma de gallo llamado corococo, longaniza, cerezas y abugos (peras pequeñas o de San Juan). A esta comida se le denominaba “el corococo”, el mismo nombre que le dan al pan. Esta merienda también se hacía el día de San Pedro.
Hace años, cuando se segaba con faz (hoz) y zoqueta, los segadores acudían al río para cumplir con el rito de lavarse la cara antes de salir el sol y después se iban a trabajar, lo que se llamaba “echar la mañanada” y guardaban fiesta por la tarde.
En la Sierra, antes de salir el sol, se lavaban la cara en el río para que no tuviesen dolencias en la vista. También recolectaban la flor de sauquera (saúco), para hacer diferentes medicamentos (A).

Leyenda: (P) Plenas, (F) Fonfría, (A) Allueva

© I. Navarro
© Dibujos A. S. Tomás
© Fotos I. Navarro

Capítulo 03 de la publicación De Plenas a la Sierra. Creencias, remedios y supersticiones, Colección Tarayuelas. Zaragoza, 1992.

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