Un día de agosto de 1940, un vecino de Plenas se presentó en la harinera de Moyuela propiedad de Antonio Royo, exigiendo que se le cambiaran 50 kilos de trigo que traía por harina, en contra de las disposiciones legales; al negarse el propietario, el de Plenas sacó una pistola que había comprado en el cuartel de milicias de FET durante la guerra, y diciendo «que te voy a pegar dos tiros en la cabeza», apretó el gatillo, que se encasquilló. En el juicio alguien declaró que era corriente que en la harinera se hicieran irregulares cambios de trigo por harina «por compadecerse de las mujeres que iban a la fábrica llorando y diciéndole que no tenían pan para sus hijos».
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